miércoles, 24 de octubre de 2018

La favorita, de Jazmín Giordano /// Texto de Charlotte von Mess /// Galería Selvanegra (Bs. As.) /// Oct. 2018




Postura aeróbica en pespuntes ceniza de lo acontecido y el presente. Papel brillante de resurrección excesiva con evocación a la polimorfía en la obra de Jazmín Giordano

Texto: Charlotte von Mess
Traducción: Ignacio Havre


   La favorita de Jazmín Giordano en la galería Selvanegra es como un petit bouquet de acelga llevado por una novia: raro, kitsch, y permite imaginar el después de la cocción: una tortilla, una tarta. Es un viaje en el tiempo donde el presente que se exhibe va hacia su futuro.
   Como es bien sabido, la princesa Lady Di padecía bulimia. Fue víctima de la opresión de la Reina Isabel II, de su rol de mujer que debía dar un heredero, del matrimonio con un hombre castrado por su madre que tenía una amante a la que amaba, de la sangre azul en sí. Si Diana hubiera sido boxeadora como Alejandra Locomotora Oliveras, la realidad inglesa y la influencia sobre otras mujeres hubiera sido muy distinta.
   El punto atrayente es que las mismas señoras de los 90´s que consumían las campañas gráficas de Gianni Versace (asesinado un mes y medio antes de la muerte de Lady Di en la puerta de su mansión en Ocean Drive, Miami) con las top models Claudia Schiffer y Naomi Campbell, entre otras, y que soñaban con ser Lady Di, ¿de verdad querían ser esposas del príncipe Carlos? ¿Por qué elegían la vida de una mujer sumisa que era valorada por pequeños actos de rebeldía? ¿No sería más rebelde alguien que directamente pasara de eso?
   Locomotora Oliveras es pentacampeona mundial de boxeo, Lady Di era de familia aristocrática casada con un príncipe. Muchas mujeres aún hoy en el secreto solitario de sus vidas, sueñan de modo místico con un príncipe azul y no con entrenarse/extenuarse físicamente durante ocho horas diarias. Sueñan con ser jóvenes, delgadas, hermosas, ricas, amadas, pero no con lograr hacer mil abdominales sin cansarse o leer ochenta libros al año. Quieren que el afuera haga por ellas.
   Bien dice esta deportista en una entrevista que le hizo Flor Monfort en Las 12: “Son muchísimos años ininterrumpidos de gimnasia, a mí no me regalaron el cuerpo ni los cinco títulos mundiales, ni los compré en una juguetería.” En cambio Lady Di adquirió el título de princesa por casarse con un príncipe.
   Locomotora habita su cuerpo al entrenarse y competir; Lady Di huyó de sí misma comiendo y vomitando para cumplir con la norma social de no ser gorda. A las mismas mujeres que consumían las fotos que los paparazzi robaban de la privacidad de la princesa, se les abrían los poros de asombro al ver el look delgado de Diana, como si las revistas fueran papel estampado de regalo para envolver la nada obediente y anodina de sus propias existencias. Miraban el vivir oprimido de otra al mejor modo de terror doméstico-hogareño.
   Las inconfundibles mujeres místico/soñadoras, que ya analizó Simone de Beauvoir en El segundo sexo, ideaban su propio monstruo con el cuerpo muerto de Lady Di. Ella termina reconstruida en la prensa por la prensa, al estilo Mary W. Shelley erigiendo literariamente a Víctor Frankenstein, quien crea un ser a partir de cadáveres. Como diría Esther Cross en relación a la autora londinense y su “silencio cadavérico”, así se anuncia Lady Di: una muerta en vida sin voz.
   La poeta feminista Alejandre escribió en su cuenta de Twitter: “Ya no hay dios, hay realeza; ya no hay realeza, hay famosxs; ya no hay famosxs, hay exposición en Facebook e Instagram.”
   ¿Y dónde están los hombres hétero-cis? En las obras de Jazmín Giordano brillan literalmente por su ausencia entre tules, strass, rosa Dior y chicle, rosa-rosa, fucsia y un chillón dorado. En una obra anterior, sólo puede verse un hombre trans o una drag king (la propia artista) pero están implícitos, como el dios masculino en el arte renacentista y las mujeres con la mirada perdida hacia lo alto.
   El uso del autorretrato por parte de Jazmín Giordano podría hacernos pensar en Cindy Sherman como protagonista crítica de lo que fotopermancea. Sobre todo la serie de mujeres ricas ultra maquilladas de Society Portraits (2008). Pero Jazmín Giordano no es tan oscura: es saturada, ostentosa, excesiva y repetitiva/reiterativa, con una postura óptica de tarjeta musical representando, como Sherman, estereotipos femeninos donde el aparente buen gusto (de hun elado) no es barroco/alegre-anímico estilo Iris Apfel, sino delirio femenino que se vende como normalidad en los 90´s.
   Las máscaras logradas a través del maquillaje por Cindy Sherman y de la pintura y videoinstalaciones por Jazmín Giordano, dejan visible el patetismo de una mujer que sonríe mientras la aguijonean sin detener la mueca muestra dientes. Como Lady Di sonriendo en un centro de esquí con la misma boca que horas antes dejaba pasar el vómito con lo devorado, congelada por el frío y rodeada por la pureza de la nieve aria. Sin embargo, esas mujeres ricas de Sherman como Lady Di, están sumergidas en un pantano al igual que la vaca moribunda en la película La ciénaga (2001), de Lucrecia Martel.
   Jazmín Giordano, al retomar a María Julia y Zulemita Menem revuelve estómagos porque el lado pop de ambas no es el de la fallecida vedette Cris Miró o alguna otra colega como María Fernanda Callejón o Panam, ellas en realidad son sólo personas honestas y trabajadoras. La elección de personajes pop funestos por parte de la artista tiene más que ver con un guiño a la corrupción política. El caso de María Julia y Zulemita tomadas por Giordano señala que tal nivel de impunidad provoca carcajeo/memes.
   Por otro lado, el costado crítico de La favorita se pone en jaque cuando entra en juego el mercado de arte, o sea, el dinero. María Julia, Zulemita y Lady Di son el tipo de personas con poder adquisitivo como para comprar obras de arte y resguardarlas dentro de sus propiedades. Es un orgullo para los artistas vender sus producciones pero, ¿quién las compra? Entonces la telenovela pop decadente deja entrar a escena a los mismos artistas que la cuestionan.
   Un buen modo de criticar es banalizar para, en verdad, no criticar. Por ejemplo, el filósofo chino Sun Guo dice en su libro paradigmático El agua blanca (1995), que desde el punto de vista de la patologización de lo político-kitsch por medio de la propaganda lingüística que en otra época tuvo un recorrido glamoroso y gigantesco, el presente del presente deja todo reducido a un análisis sanguíneo incómodo en la escalera mecánica de un shopping.
   Lo aspiracional está en la obra de Jazmín Giordano no sólo en los personajes que toca sino y sobre todo, por los que miran. A quienes verdaderamente observa con lupa es a los espectadores, poniéndolos frente al espejo de lo que ambicionan o permitieron que existiera.
   La videoinstalación de Jazmín Giordano, con el inquietante apellido pop del peluquero mediático Roberto Giordano, podría haberse llamado como la muestra de Maurizio Cattelan en la Tate Modern de Londres (2009): Vida-pop: arte en un mundo material.
   La favorita es una obra política explícita de Jazmín Giordano, entonces es válido preguntarse: ¿Ai Weiwei puede vender obra luego de ser crítico con el régimen chino, al igual que Banksy con la institución del arte? Pero el punto de vista de Jazmín Giordano que hace hincapié en el lado pop de la democracia mostrada por las desfavorables Menem-Alsogaray y la monarquía, por parte de Lady Di que nunca gobernó, solo hizo caridad como cualquier señora neobillonaria, es un punto visual de vaso medio lleno de champagne con una porción de pizza mordida como segmento del sinsentido latinoamericano.
   La obra de Jazmín Giordano tiene que leerse dentro del contexto político y social que critica al poner en primer plano a sus protagonistas. ¿No es más pop el que consume pop que el que hace pop?
   Con esta obra en particular, Jazmín Giordano se arriesga a ser considerada una artista comprometida, feminista y crítica o una artista frívola-banal. Es un gran riesgo de su parte.
   Carl Jung dijo: “Un zapato que se adapta a una persona, puede quedar mal en otra.” Ese es el peligro del pop: sonar superficial. Sin embargo, la frase del psiquiatra suizo se completa con otra oración: “No existe una receta para vivir que se adapte a todos.” En la explicación de una idea aparentemente obvia, resuena la elocuencia o la inteligencia. En La favorita no está presente la explicación o conclusión de una frase supuesta como fácil y en esa barandilla pende la interpretación trivial o profunda de su hacer dependiendo quién juzgue.
   Cindy Sherman, por el momento, no ha trabajado a la inversa, o sea, poniendo un organismo humano hecho en cartón y pintura con su rostro real detrás. Ella usa todo el cuerpo. Giordano, por su parte, en esta serie también lo hace con las acciones aeróbicas, pero al incorporar su rostro a los personajes, es más pose de estudiantes secundarios o turistas de cabotaje (los wanna be) que se sacan fotos de recuerdo en lugares preparados para ellos con ese fin.
   El terror que puede provocar Giordano con Zulemita, María Julia y Lady Di, también entra como easy canapé en perspectiva, por lo tanto, ingresar a la galería Selvanegra de golpe podría ocasionar un susto. Luego devendría el relax pop. También se podría crear la falsa ilusión de que ya pasó. Lady Di hace muchos años que murió debido a un accidente automovilístico en París; María Julia ya está muerta también por un cáncer de páncreas y Zulemita es una abnegada madre de familia.
   La doctora Neelam Vashi estudia la Snapchat Dysmorphia que padecen muchos centennials deseosos y ansiosos por querer parecerse a sí mismos en sus publicaciones de Instagram con filtros, de llevar lo virtual a la realidad para seguir así en una rueda de irrealidad a través del autorretrato/performance patológica. Aquí podría agregar la idea del filósofo italiano Massimo Cacciari, que ya no considera a los individuos que conforman a las masas como líquidos, sino gaseosos. Por un lado, de modo literal debido al exceso de gas consumido y por otro al estado casi incorpóreo otorgado por lo virtual. Como por ejemplo parte del proceso de realización de Jazmín Giordano: foto de María Julia/ pintura de María Julia con el rostro de la artista/ foto de esa pintura en las redes.
   Lejos de la desazón, la gracia smoothie de Jazmín Giordano se consume como cóctel de vitaminas para continuar un poco más en estado de espectador crítico y autoanalítico, intrínseco a la praxis vegano/vegetariana que propone el tempo-selfie actual.
   Frío, nieve, Zulemita animal-carnal-vampiresa, familia en la nieve, María Julia, plumas, piel humana blanca enrojecida, animales muertos, animales cultivados, buitres y cerdo/sangre-Carrie White.
   Lo encantador de La favorita es que todo ocurre al mismo tiempo, al igual que la instalación audiovisual de Julian Rosefeldt, Manifiesto (2015). La construcción se hace sin seguir un hilo argumental. Allí Cate Blanchett interpreta distintos personajes tal como Cindy Sherman en su película de terror Office killer (1997) y Giordano en su video Imperio y las apropiaciones corporales con su rostro.
   La obra de Jazmín Giordano es tan kitsch y crítica como la obnubilación antropológica ante muñecas termoplásticas con las se pueden pedir turnos sexuales, o los que aman el scat.
   En cuanto a elementos ridículos en tierras naturales, podríamos citar la bicicleta fija: ¿una bicicleta que no se mueve? Gastar calorías como un hombre que eyacula en un vasito de plástico para tener un hijo. Una persona circula en auto, no sube escaleras sino por ascensores, un lavarropas lava sus prendas sucias y después se sienta a pedalear en una bicicleta fija.
   Otra cuestión grotesca es la repetición: aerobics una y otra vez. Ellos vacacionan en Las Leñas, nosotros también. La revista Gente en invierno muestra cuerpos femeninos en la nieve y en verano en la playa, siempre con poca ropa como si hicieran inmutables 33°. En el siglo pasado, fotos de una chica de 21 años en la nieve; en este siglo, fotos de una chica actual de 21 años en la nieve.
   En cuanto al wanna be de la pizza con champagne, que a su vez prototipa como carroña el lado vulgar del menemismo en los 90´s, podría vincularse a los ricos que se reúnen a cenar anualmente en el hotel Waldorf-Astoria de Nueva York para comer cucarachas, grillos y tarántulas. Los ricos queriendo vivir experiencias exóticas dentro de su bagaje de elecciones cotidianas y luego algo sencillo al alcance de muchos como lo es el ir de vacaciones a la nieve, en particular donde haya suficiente como para esquiar y no unos pocos centímetros para pobres que pronto vuelven todo barroso, resbaladizo y sucio.
   Esta videoinstalación de Jazmín Giordano es impactante por el futuro que deja ver. Contemplamos ese pasado e inmediatamente también su sobrevenir, que es el ahora. Entonces Facebook es como una revista People/Gente donde los protagonistas y generadores de contenido son los propios usuarios que creen ser famosos mostrando fotografías de sus casas, mascotas, lo que están por comer y selfies (es claro que tienen poder adquisitivo para comprar un buen celular promedio pero no a un excelente fotógrafo que diseñe una puesta y los fotografíe en tercera persona). Entonces, Internet como un anfibio, anda entre la fama y el anonimato continuamente. Hoy una imagen de Gente podría valer casi tanto como la de una señora que muestra en las redes lo que cocinó por la tarde o el viaje al Caribe de un anónimo. Pero ambos son wanna be: en Gente venden imágenes para vender otra cosa y que los lectores deseen esa vida ajena y no la que tienen; con Facebook también, solo que el usuario es usado porque no obtiene dinero, aunque tal vez sí ganancias simbólicas, como los artistas que no reciben dinero en metálico con la venta de sus obras y crean contenidos para museos, galerías de arte, etcétera y se sienten conformes con eso.
   La videoinstalación de Jazmín Giordano excede la videoinstalación, como una avispa que pica, no un avestruz que esconde la cabeza en su plumaje grisáceo.
   Si bien esta muestra es un cementerio porque todo quedó atrás, el wanna be sí sigue vivo, aunque quizá con otros deseos. Lo kitsch-vintage hace de la revisión de lo muerto un cementerio parque donde los epitafios casi no se ven. ¿Qué hay debajo de esa cosa aparentemente apacible, serena e inocente? El papelón ciudadano.
   Las imágenes de Zulemita y María Julia traen consigo al ex presidente Menem, su mandato y contexto. Como en la nouvelle de César Aira recientemente editada, La cuestión, donde hay un planteo que genera cosquilleo: pone sobre la mesa que en Argentina no podría existir la monarquía. No es casual que Jazmín Giordano aproxime personajes de la democracia, la monarquía y de aparente éxito adquisitivo social.
   El protagonista pone el ejemplo de Evita y Perón: si la fórmula Perón-Perón hubiera sido llevada adelante, ¿qué diferencia habría con la monarquía si es un matrimonio el que gobierna? Entonces uno de los dos tiene que morir, en ese caso Evita. Cuando Perón gana con Isabelita, muere él.
   El delirio argumental continúa cuando analiza que si bien Cristina Fernández y Néstor Kirchner no se presentaron al unísono, también se podía percibir la situación como monárquica. Entonces murió él. Pero ella, durante su gobierno, siguió llamándose Cristina Kirchner, no usaba el viuda de, por lo tanto era como si continuara casada y por eso tuvo problemas de salud. Según el protagonista del libro, el modo saludable de nombrarla es Cristina Fernández.
   Después habla de las similitudes entre Máxima Zorreguieta, Máximo Kirchner y Máximo Menem. Que una reina y herederos políticos compartan ese nombre no deja de ser llamativo incluso en un libro de ficción.
   En la nouvelle, César Aira propone más observaciones trastornadas, como siempre en sus textos: cuando Máxima y Guillermo Alejandro de los Países Bajos asumieron como reyes el 30 de abril de 2013, el hermano de él, Friso, ya estaba en estado de coma irreversible debido al accidente que tuvo en un centro de esquí el 17 de febrero de 2012, e Inés Zorreguieta, hermana de la reina, se suicidó este 2018.
   En la novela se plantea que de las tres herederas a la corona de Holanda, una será reina (Amalia), otra padecerá una tragedia (Alexia) y otra será libre (Ariane).
   Por eso mismo, cuando se habita la instalación/insistencia La favorita, la nouvelle genera una elipsis, como un alfil en una jugada crucial de ajedrez: personajes con un sinfín de retrogradismos insensatos y la noción enorme de un quantum pop-kitsch-vintage puestos en una tiara de fantasía o de diamantes por Jazmín Giordano.












jueves, 6 de septiembre de 2018


HUMAN BEING: Madonna como pieza real del linaje bípedo

Texto: Charlotte von Mess
Traducción: Ignacio Havre


   I think i have a dick in my brain. I don´t need to have one between my legs.
Dita, SEX




   Madonna ha hecho con su vida más que el promedio, sin embargo es tan humana como cualquier humano que la endiosa para justificar su propia mediocridad. ¿Cualquiera podría ser Madonna?
   Si bien ella es adicta al trabajo, también es claro que parte de su éxito se debe a que es bella. ¿Cómo podría una Madonna lucir como Cesária Évora?
   En fotos y videos Madonna no transmite algo que sí se aprecia en vivo: la distancia. Ella en un estadio deja claro que está arriba y el resto no. Los fans la aclaman, adoran, aman, pero en el fondo desearían sacarla de escena y ocupar su lugar.
   Madonna también marca distancia haciendo alarde de los esfuerzos que sabe que los demás no podrán hacer, siendo muy competitiva. Cuando quiere mostrar su imperio a otros artistas pop, no tiene más que ponerse una pierna detrás de la cabeza para comunicarles con un gesto que nunca podrán estar a su altura. La disciplina de Madonna es lo que la ha mantenido a cuerpos de distancia de otros artistas. Mientras los demás duermen y se lamentan, ella está saltando.
   Por otro lado, también necesita atención constante: empleados, servidumbre, fans. Pero a su vez tiene un padre machista, entonces en una burda interpretación freudiana, busca hombres/maridos que la ignoren, incluso que la maltraten y no se dejen impresionar por ella. ¿Guy Ritchie percibía a su esposa como en Swept away (2002), el filme que dirigió? Parece una parodia de Madonna. Mientras sus compañeros de viaje descansan, se distienden, su personaje pedalea una bicicleta fija y fuma ¿para hacerse la chica mala? Con un pañuelo de anciana en la cabeza. Al igual que la película By the sea (2015), dirigida por Angelina Jolie, Swept away es el presagio del divorcio que se venía.
   ¿Guy Ritchie consideraba que cantar y bailar eran los entretenimientos para hombres heterosexuales que podía ofrecer una mujer? Christopher Ciccone, hermano de Madonna, dijo que su cuñado era homofóbico y machista: si se observa a Giuseppe, alter ego del director y empleado del barco con el que naufraga Madonna, podrían afirmarse esas declaraciones.  Entra, entonces, un dilema: ¿cómo es posible que una mujer dominante y controladora se transforme en esposa de alguien como Ritchie o Sean Penn? ¿Por qué aceptó hacer la vida de una sumisa en Swept away?
   En el corto Secret Project Revolution (Steven Klein, 2013), también puede apreciarse el disfrute de Madonna en ser víctima por un rato. El amor de pareja para ella es, por un lado, romántico/ingenuo y por otro, trágico, con el rol de la maternidad circulando: las dos Wallis en la película W/E (2011), dirigida por Madonna, viven el desamor en manos de hombres violentos, una de ellas, incluso, sufre un aborto a causa de los golpes.
   Es evidente que Madonna nunca podrá ser parte de una dupla amorosa mítica al estilo John y Yoko porque necesita ser dominada y maltratada por su pareja, sino lo opuesto: dominar ella. En el breve lapso que duró su romance con un hombre 29 años menor, sus nombres parecían una broma: Madonna/Jesús Luz, madre e hijo, lo que a su vez dejaba en evidencia que su tan preferido papel de madre es un espacio más donde ejercer mando sobre otros. ¿Le gusta tener niños para cuidar o para dirigir?
      Lo que más irritaba a Madonna de Guy Ritchie es que no lo podía controlar. Una especie de padre Silvio. Pero con su padre sí pudo salir del control; con Guy Ritchie también después del divorcio.
      A su segundo ex marido no le gustaba el álbum Confessions on a dance floor (2005), más que nada las canciones bailables, no le gustaba que se besara con Britney Spears, no le gustaba que comiera la ensalada con la mano. ¿Qué le gustaba de ella? A su padre Silvio Ciccone le desagradaban las canciones y bailes sexuales, y a Sean Penn el coqueteo de ella con la prensa o que fuera una actriz mediocre según su juicio.
   Entonces, se casó con un actor de Hollywood que la creía sin talento y a su vez estaba disgustado con la fama formidable y creciente que ella ya tenía a los 27 años. Madonna como mujer sumisa y puta era muy agradable para un machista amigo de Charles Bukoswki, pero ella el 90% del tiempo no era/es así.
   Las personas que rodean a Madonna son sumisas, mientras más lo sean, más cerca suyo pueden estar. Todos son súbditos: su hermano Christopher lo relata bien en Vivir con mi hermana Madonna (2009). Es un hecho aberrante leer las páginas del libro, que podría haberse titulado La vida de un masoquista crónico, donde es asiduamente maltratado, ninguneado, estafado y despreciado por su hermana y él continúa justificándola. Los fans son otro claro ejemplo de sumisión y servidumbre pero aceptada socialmente.
   Pocas veces se ha visto que una persona se alimente con la adoración que le ponderan. En general, los actores y cantantes lloriquean acerca del sufrimiento ocasionado por la fama una vez que la tienen: ella se ha referido a este tema en la canción Drowned world/substitute for love del álbum Ray of light (1998), por ejemplo, luego de haber tenido a su hija. Para Madonna la admiración es su combustible; sería muy extraño que pudiera vivir sin eso, es como si una reina de pronto no lo fuera más: ella es una monarca líder en sí misma, no por linaje, un vestido o el dinero.
  


 El cuerpo astral
   Las mamas de Madonna, la particularidad en la forma y el volumen, no son usuales. De por sí, aunque ella nunca hubiera hecho ejercicio, es difícil que hubieran sido fláccidas. Le ocupan todo el pecho: a la altura del esternón hacia la derecha, una; hacia la izquierda, la otra. La mayoría de las mujeres tienen el comienzo de sus senos a un centímetro o dos del esternón.
   Es paradójico que sea conocida por sus pechos turgentes, perfectos y por el corset que diseñó Jean-Paul Gaultier para el Blonde Ambition Tour (1990), y que su madre Madonna Fortín haya muerto de cáncer de mama. Vale mencionar que fue un primero de diciembre, fecha que coincide/comparte a partir de 1988 con el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y que Madonna ha estado comprometida en colaborar con esa causa desde siempre. En uno de los recitales que dio en River (Buenos Aires) del Sticky & Sweet Tour (2008) cuando todos coreaban ¡Madonna, Madonna, Madonna!, dijo que lo gritaran más fuerte para que lo oyera su madre que estaba en el cielo.
   Ella posee el tipo de cuerpo que junta grasa en los hombros. Si hubiese engordado con el paso de los años, hubiera sido una pera invertida.
   Al tema de los vellos púbicos lo toca su hermano Christopher Ciccone en su libro autobiográfico, cuando cuenta el problema de las fotos de desnudos de 1977 antes de la fama en Penthouse y Playboy: en éstas ella no se depilaba; en la época del Sex (Madonna/Steven Meisel, 1992) se depilaba el cavado. Con el correr de los años ha ido perdiendo vellosidad. Posiblemente ahora se depile por completo para no tener que soportar la decadencia social de los vellos púbicos con canas.
    Hay fotos de Madonna en los 80´s, en los comienzos de su carrera, donde el contraste de los vellos negros sobre la piel blanca de sus brazos hacía que se notaran más.
   Su hija Lourdes León Ciccone (Lola) ha sido criticada en su pre-adolescencia porque tenía vello facial notorio sobre los labios. Los comentarios malintencionados hacían referencia a la riqueza de su madre y la poca inversión monetaria en un spa depilatorio.
   Las manos de Madonna al tomar las asas de sus bolsos se ven como triángulos y tienen las venas tan marcadas que se asemejan a las de una ama de casa que lava los platos y la ropa sin guantes. Cuando dobla el antebrazo, sus codos arman un triángulo. La nariz también es triangular. Su cuerpo está conformado por triángulos. Sus piernas, sobre todo abiertas y un poco flexionadas, parecen musculosas patas de grillo.
   De joven tenía el labio inferior como un sillón plano donde sentarse, que con el paso de los años fue inflándose y desinflándose con inyecciones. En la actualidad, sube selfies sin maquillaje a Instagram y ese labio en particular se ve partido al medio e hinchado a cada lado.
   Sus ojos son bien grandes y en cuanto a la forma, Lola se le parece mucho. Cuando Madonna fue a recibir el Premio Billboard a la Mujer del año (2016) y dio su famoso discurso feminista, tenía el micrófono bajo, posiblemente se debía a su altura calculada con tacos, pero ella en esa ocasión además de tacos tenía plataformas. En vez de encorvarse, dejó la estatuilla arriba de un piano y se puso cómoda abriendo paulatinamente las piernas hasta que su boca quedó a la altura del micrófono. En una entrevista que le hizo Jonathan Ross en su talk show homónimo, también se sentía incómoda físicamente, entonces él le ofreció un retrato de sí misma, de la tapa del álbum Rebel Heart (2015) enmarcado, y ella se sentó encima: no pensó que podía quebrar el vidrio con el peso de su cuerpo; luego se quitó el abrigo, lo dobló y colocó encima del retrato haciéndolo más mullido. También se aclaraba la garganta antes de hablar, ejemplo de comportamiento elegante cuando hay mucosidades en las vías respiratorias.
   Es difícil de creer que su hermano Christopher mencione reiteradas veces que su hermana sea pudorosa, porque en el libro Sex y en general en toda su carrera, se la ve desinhibida. ¿Cómo sería ella, entonces, sin un ápice de pudor?
   Repeticiones posturales: la cabeza hacia atrás y revolear los ojos en fotos, videos y entrevistas.
   Para ser una persona hiperactiva con insomnio crónico grave, se podría esperar un diálogo con alguien acelerado, pero no, ella siempre está serena, pausada, piensa antes de contestar; a lo sumo puede perder la paciencia ante preguntas poco inteligentes. Está obsesionada con que la gente se despierte, está controlando todo tanto que no puede dormir por esa obsesión con estar despierta: ¿Para qué descansar? Ya voy a descansar cuando esté muerta1.
   Madonna se ha sentido levemente insegura con su peso durante The Virgin Tour (1985) y también cuando estaba embarazada, según ha dicho: no quería desnudarse ni frente a su marido, menos ante los paparazzis en bikini. Sin embargo, hay fotos de su embarazo de Rocco caminado por la calle con Lola y Guy Ritchie: los pantalones a la cadera y una remera sólo hasta debajo del ombligo que dejaba ver un embarazo de unos ocho meses, al estilo abdomen un poco caído de señora rolliza.
   Madonna ha dicho en una entrevista que no existe la magia, en relación a los cuidados corporales. Ella no es una mujer musculosa y atlética por casualidad.
   Hasta el videoclip de la canción Bad girl (1993) Madonna tenía un pequeño lipoma en el rostro, al lado del surco nasogeneano derecho. Luego ya no. Hay una foto de su adolescencia, a los 18 años, donde viste una remera top de algodón con una estampa de un barco y la inscripción Bob-Lo en 1976, donde ya lo tenía.
   Es sedicioso que la hayan tratado de vieja cuando estaba en el final de su tercera década de nacida, y de ahí en más eso fue agravándose. Nadie se animaría a decir algo degradante en Instagram sobre alguien por ser negro o gay ¿pero sí por mi edad? Cualquiera puede decirme algo degradante. Y yo siempre pienso: ¿qué diferencia hay entre eso y el racismo o cualquier otro acto de discriminación? Me juzgan por mi edad. ¿Por qué es aceptable eso?2
   Madonna a los 32 años ya les llevaba diez a varios de sus bailarines. Ella misma hizo la observación en el documental Truth or dare (Alek Keshishian, 1991); es obvio que no imaginaba cómo se iría acentuando esa diferencia con el correr del tiempo. Por ejemplo, cuando el bailarín Sean Aries Smith comienza a leerle un poema que le escribió como despedida del Re-Invention Tour (2004; Madonna cumplió 46 años de edad durante la gira) que dice: Ella empezó su carrera antes que yo naciera.
   ¿Madonna aprueba todos los retoques digitales que tienen las fotos que se publican con su imagen? Por un lado manifiesta que la maltratan y discriminan debido a su edad (que además es igual a la mía, ambas nacimos en 1958), pero ella se insulta antes con el Photoshop quita-arrugas y las cirugías estéticas. A Madonna se le exige lo que ella se exige a sí misma.
  

Irresoluciones histriónicas
Si fuera otra vez una niña, me gustaría ser como mis fans: querría ser Madonna.

   ¿Qué hubiera hecho Madonna con toda la energía que tiene si no hubiera sido lo que es? ¿Ella podría haber sido qué otra cosa?
¨*M*¨
   Madonna transita de Dear Jessie (1989) y el Sex a The english roses (2003) y la seguidilla de libros infantiles; Michael Jackson pasaba de agarrarse la entrepierna a vivir en su propia Neverland y sufrir acusaciones de pedofilia.
¨*M*¨
   Desde el punto de vista del performance art, es asombroso que las tres personas más destacadas del mundo musical pop tengan un trabajo con el cuerpo tan drástico: Madonna con la alimentación y el entrenamiento de una atleta de elite, Michael Jackson con las cirugías faciales y la aclaración de la piel, y Lady Gaga con la compulsión por los trajes extremos.
¨*M*¨
   ¿Cómo sería para ella llegar a su casa y que no hubiera nadie?
¨*M*¨
   ¿Cómo puede decirle a alguien a quién votar?
¨*M*¨
   Si alguna vez Madonna se encontrara con alguno de sus antiguos bailarines, ¿podría ser igual de intensa al tiempo que compartieron en una gira? Cinco años para ella no son cinco años de una persona común, son muchos más. Las personas intensas son como el mito de la oportunidad.
¨*M*¨
   ¿Cuántas horas de su vida ha estado bailando?
¨*M*¨
   Madonna ha pasado más tiempo transpirada regulando su temperatura corporal que seca.
¨*M*¨
   En las coreografías cada segundo tiene pautado un accionar específico, como si fuera una pintura barroca del movimiento.
¨*M*¨
   Siempre es encantador observar con cuanta discreción le entregan los micrófonos durante los shows.
¨*M*¨
   Es notable su dificultad para aprender idiomas.
¨*M*¨
   En Truth or dare le pide a Gabriel Trupin, uno de sus bailarines ya fallecido, que le construya un altar; a su hijo biológico le enseña a contestar la pregunta: ¿Quién es la reina? You, you, you3.
¨*M*¨
   Lola muestra devoción hacia sus progenitores: se ha tatuado mom en la mano derecha y dad en la izquierda; también ha sido fotografiada con una remera que dice Bitch please… Madonna is my mom, revelando un punto de vista inusual porque sólo seis personas en el mundo son hijos de Madonna.
¨*M*¨
   Los bailarines son concertados para una o dos giras, pero no hay nada en sus pasados ni futuros laborales que superen la comparación. Madonna es Madonna antes de una gira, durante y después, ella no está de paso, no es un relleno.
¨*M*¨
   ¿Qué se sobreentiende cuando ella contrata a un guardia personal dispuesto a morir para salvar su vida?
¨*M*¨
   Madonna tiene en su haber mucha obra póstuma: poemas, diarios, canciones escritas para proyectos de películas, etcétera, que verán la luz después que muera. Es uno de los contratiempos de los admiradores contemporáneos a la artista. Cuando ella esté a 2 m bajo tierra, excepto que se le construya un mausoleo encima del ataúd que contenga su cuerpo, será lo más cerca que pueda estar un fan común de ella.
¨*M*¨
   Madonna parece vivir en un castillo desierto, sin otros más que su servidumbre, sus empleados y su familia que también actúan cual súbditos. Está sola, como la abeja reina que es (la) única.










1 Rolling Stone / Octubre 2000 / Pág. 76
2 Rolling Stone 205 / Abril 2015 / Pág. 104
3 I´m going to tell you a secret (Jonas Akerlund, 2005)