domingo, 17 de septiembre de 2017
martes, 5 de septiembre de 2017
Separata imposible. Haz endógeno a la vera de un zócalo patagónico /// Acerca de la anudación Occhi – Schamber /// Texto: Charlotte von Mess
Desde el
punto de vista de lo exagerado, sería vano destinar tiempo en separar las obras
de Occhi – Schamber.
La soga conductora en expansión del inconsciente colectivo lleva a una unidad
indivisible, sólo puesta en duda con la subdivisión atómica.
El montaje
conjunto como posición fetal vs. posición ética, coloca a una persona
íntegra borrada/ indivisible de otra, donde a su vez se puede separar como un
cigoto. Óvulo, espermatozoide; cigoto, multiplicación celular, desarrollo;
células madre, multiplicación, separación específica en hígado o riñón,
etcétera.
El enlazado
de estos dos amigos artistas, que rompen con la solemnidad del nombre propio
amplificado para el reconocimiento, se lee como la soldadura del fuego con el
fuego que constituye una gran hoguera riesgosa.
La
avalancha de imágenes pequeñas cobra notoriedad en los soportes de gran tamaño
cual exquisito plato de spaghettis con langostinos en un restorán italiano. Obras
espaciales, galácticas, rey y reina de detalles, humor multicolor y negro. Macro
y micro.
Simbolismo
que no menoscaba la distancia de las estrellas y la aproximación del microscopio
en manos de un pincel de pelaje diminuto y una tijera filosa.
Como bien
dijo la curadora Chus Martínez a la crítica de arte Roberta Smith durante la Documenta
13 en una cena informal, “lo importante es sobrellevar lo arcaico, de otro modo
toda actividad artística cercenada sería vana”. Esto en relación a la obra de
Pierre Huyghe, donde la unión del canino con el paisaje provocaba la
emancipación de preguntas recurrentes: “¿Quién es el artista?”, “¿Quién hace la
obra?”.
Desde la
poética barroca y lírica se enrolla en el cerebro un bailarín que escribe verso
tras verso, creando primero voces,
como diría Antonio Porchia y luego un gran poema largo al estilo de Patrick Huet.
Occhi – Schamber,
el par inseparable, genera presión en el incentivo a explorar conexiones de
imágenes y significados, tal como la avalancha de lenguaje salvaje del último
tiempo de Rimbaud, ya con 37 años y sin una pierna.
El residuo
luego de contemplar las obras es la incertidumbre del no sé qué es de quién, porque todo es un todo en el todo absoluto
del universo dentro del diminuto recipiente de la mente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)